Payasa délfica

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El enigma de la incertidumbre

Thursday, December 23, 2010

Funcionarios

Asistimos perplejos a una situación de quiebra económica que nadie - o casi nadie - podía siquiera imaginar hace muy pocos años, cuando la mayor parte de la población vivía estupendísimamente, un albañil se embolsaba al mes 2500 euros con facilidad pasmosa, los bancos concedían hipotecas a cualquiera que se presentara en sus oficinas duchado y sin armas, y nuestro vecino del entresuelo conducía henchido de gloria y sin rubor un Mercedes XXL de lunas tintadas, bluetooth y ultimísima navegación GPS.

En aquella época (que no es tan aquella), la situación económica de muchos que hoy vociferan contra el sistema era deliciosa. Afloraban los nuevos ricos, la casta de patricios y burgueses se multiplicaba. "Más rolex y menos setas", se decían.

Vaya por delante que soy un funcionario atípico. El hecho de no llevar ni 3 años en la Administración y haber conocido la empresa privada quizá me haga ver las cosas de manera diferente. Un intrépido reconvertido (rebotado, je) a empleado público. Aborrezco el corporativismo infame y cobarde. La casta funcionarial no es ejemplar. Ni tampoco es la metástasis de una sociedad lobotomizada que busca culpables a toda costa.

El sueldo de un funcionario oscila entre los 800 y los 3000 euros. La "escandalosa" cifra de 3000 euros solo la cobran los niveles más altos del Grupo A (Licenciados), que son los menos. La mayor parte de los funcionarios no alcanza los 2000 euros, y los Auxiliares Administrativos (Grupo D y más numeroso) cobran entre 950 y 1350 euros.

Un grupo A con el nivel más bajo no llega a 1800 euros. Hablamos de un titulado supeior universitario que ha pasado un proceso de selección leonino. Gente con una sólida formación académica, especialmente licenciados en derecho (* Si uno dice que es abogado, la conciencia social toma al sujeto por alguien respetable y con profesión de entidad; en cambio, si uno dice que es funcionario - aunque sea licenciado en derecho e incluso esté colegiado - es directamente un pringao y un casposo. Ja!, esta debe ser la anfibología del lenguaje de Nietzsche).

No parece que los sueldos de los funcionarios hayan causado la crisis. Ni parece que los funcionarios sean una casta económicamente privilegiada, como se lee por ahí. Imagino que el delineante que ganaba euros a espuertas en época de boom y ladrillazo no envidiaría este sueldo. Ni el arquitecto, ni el encofrador, ni el carpintero, ni el vendedor de muebles, ni el fontanero, ni el personal de inmobiliarias y constructoras. Las miles de miles de personas que vivían en la opulencia, jugaban al golf con sus Callaway y tenían en casa la Wii, la Play 3 y la Xbox 360 (una por nene, claro, para que no se pelearan y los papás pudieran disfrutar de su Sony 42").

Ahora que el infame desempleo azota a millones de españoles, los funcionarios son unos cutres, unos parásitos y unos gandules. Antes eran los pobres diablos de una sociedad próspera. Ahora son los señoritos canallas a los que hay que perseguir, lapidar y aniquilar. Es muy patrio esto de echar la culpa de todo a los demás y linchar a la víctima más débil.




Situación a día de hoy, en 3 puntos:

1. Los funcionarios están siendo objeto del mayor recorte de derechos económicos y sociales que se ha llevado a cabo en democracia (escandalosa bajada de sueldo, aumento de las horas de trabajo, y numerosas medidas de dudosa constitucionalidad que suponen una agresión brutal a (no lo olvidemos) una parte importante de la clase trabajadora. Lean este enlace, funcionarios y no funcionarios ---> http://servicios.laverdad.es/servicios/textos/ley-medidas-extraordinarias.pdf

2. Una parte importante de la sociedad asiste indiferente (y lo que es peor, en ocasiones alegre y complaciente) al expolio que se está produciendo. Lejos de posicionarse a favor de los funcionarios, aplauden a este gobierno estupendísimo y megaeficaz (al central y a los autonómicos, que son el mismo perro) por linchar sin compasión a estos maleantes.

3. Las grandes fortunas (Botín y Pajín a la cabeza), los bancos, el capital, los (grupos) políticos estrella, los corruptos y en general todos aquellos que directa o indirectamente han generado el colapso en el que nos encontramos, asisten incrédulos y divertidísimos a esta guerra entre trabajadores de a pie, a sabiendas de que mientras los "pobres" se tiran los trastos a la cabeza, nadie dirigirá su ira contra ellos.

Con este escenario, la 3ª guerra mundial no será entre Corea del Norte Vs Resto del Mundo, ni entre Países Islámicos Vs Occidente. Ni siquiera entre aliados de Serbia Vs aliados de Croacia (vaya guerra injusta y desigual, por cierto).

A este paso la 3ª guerra mundial será entre funcionarios Vs parados. Los interinos haciendo de mediadores, los pensionistas de país neutro y el Gobierno, en pleno conflicto bélico, subiendo el gas, la luz, el agua y prometiendo el "cheque veteranos de guerra lisiados" (y lisiadas, Bibiana) al bando perdedor.

Y no. El enemigo no es el funcionario. Claro que hay garbanzos negros en el gremio, auténticos sinvergüenzas sin escrúpulos ni decencia que prestan un servicio degradante y denigrante al ciudadano. Claro que hay parásitos que no conocen el término servicio público, y que se jactan de su patética labor. Mercaderes del fracaso y el hastío que sobran (¿Acaso no hay sujetos de este pelaje en la empresa privada?.

Pero les aseguro que no son los más. Hay muchísimos funcionarios que prestan un servicio magnífico. Que generan un valor añadido al ciudadano imposible de cuantificar. Que no tienen una mala palabra ni una mala cara hacia nadie, incluso en los peores momentos. Que cumplen dignamente sus funciones sin alzar la voz. Que se esfuerzan. Que resuelven problemas (y no los crean, que es casi tan importante). Productivos. Y de esos no se acuerda (casi) nadie.